De los cuatro a los cinco años el niño quiere y necesita conversar,
contar todo lo que le pasa, y lo que ve que sucede a su alrededor. Habla
y fantasea verbalmente, le gusta inventar anécdotas e historias y suele
exagerar y convertirse en el héroe de sus propios relatos. Tiene gran
imaginación, y una gran capacidad para captar aspectos insólitos e
inusuales de las personas y de la realidad que lo rodea.
Aprende con gran rapidez a contar los números, le encanta la música y se
aprende con facilidad las canciones. Le gusta dibujar y pasa de las
rayas y garabatos a dibujos más completos con personajes y acciones.
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