El objetivo en esta etapa es estimular todas sus habilidades para
permitir que se desarrolle adecuadamente.
La función de los padres y docentes es
determinante en el proceso.
Los niños a esta edad empiezan a ganar independencia desde que aprenden a
desplazarse. Todo les llama la atención y quieren tocarlo, manipularlo y
verlo. Por eso, es apropiado dejarlos explorar por los diferentes
lugares de la casa y del aul, llevarlos a lugares abiertos como parques.
Esto
obliga a los padres, o al adulto encargado del cuidado, a estar más
atentos del pequeño.
Este es el momento ideal para fijar límites y mostrarle hasta dónde
se puede llegar y cuáles pueden ser las consecuencias de sus acciones,
sin ser demasiado restrictivo, porque eso puede coartar su interés por
conocer el mundo.
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